SieI have always been in love with the colors of India and its customs. I guess talking about something you don’t know is a way to idealize everything.
People I know who have been to India all tell me exactly the same thing. India, either you fall in love or you don’t want to return anymore. But it never leaves you indifferent.
I have not yet met India but I had the gift of being able to do a Hindu Wedding with Rosie & Greg.
They got married in a Villa in Mallorca lost in the wonderful mountains. The first day was a more western ceremony, but something very close and real. Where only the most direct family and friends were.
It was intimate and cozy but no less fun, where almost the entire wedding in the pool ended at night.
And on the second day, we start with a ritual that only goes to the woman, her family and friends. I found it super nice how everyone “hugged” and honored the bride.
After the ritual, they all went to their rooms and prepared for a Hindu Ceremony. How much color! How much beauty!
I loved it when the bride’s family wait for the groom’s family and prepare him to say yes, as is done in his land.
It was wonderful to be present to see how customs were exchanged and it was the bonds of love that made this possible. Once again, life shows us the way.
Respect and love.
The sweetness of Rosie and the eternal smile of Greg make them an endearing couple and I am a lucky photographer for letting me tell their story.
Siempre he sido una enamorada de los colores de la India y sus costumbres. Supongo que hablar de algo que no conoces es una forma de idealizar todo.
La gente que conozco que ha estado en la India, me dicen todos exactamente lo mismo. La India, o te enamoras o no quieres volver más. Pero nunca te deja indiferente.
Todavía no he conocido la India pero tuve el regalo de poder hacer una Boda Hindú de la mano de Rosie & Greg.
Ellos se casaron en una Villa en Mallorca perdida en las montañas maravillosa. El primer día fue una ceremonia más occidental, pero algo muy cercano y real. Donde sólo estaban la familia y los amigos más directos.
Fue entrañable y acogedora pero no por eso menos divertida, donde acabaron por la noche casi toda la boda dentro de la piscina.
Y el segundo día, empezamos con un ritual que sólo va la mujer, sus familiares y amigos. Me pareció súper bonito como todos “abrazaban” y honraban a la novia.
Terminado el ritual, se iban todos a sus habitaciones y se preparaban para una Ceremonia Hindú. Cuánto color! Cuánta belleza!
Me encantó cuando la familia de la novia esperan a la familia del novio y le preparan para dar el sí, como se hace en su tierra.
Era maravilloso estar presente para ver como se intercambiaban costumbres y era los lazos del amor, lo que hacía esto posible. Una vez más, la vida nos muestra el camino.
El respeto y el amor.
La dulzura de Rosie y la eterna sonrisa de Greg hacen que sean una pareja entrañable y yo una fotógrafa afortunada por dejarme contar su historia.