If someone ask me to describe their wedding in three words, I would say LOVE OF THE GOOD.
He did not remember the last time he felt so many emotions locked in the same room. Maybe it was because they decided to dress together but separated by a makeshift screen. Between nervous laughter and furtive caresses always separated by something, they kept secret how they would get to say yes, I want!
However, despite not having eye contact, they never stopped clinging to each other for a single moment. Magic could be felt in every square meter of that room.
It was fun and exciting to be in those moments in the room, I honestly do not know if I could have endured without looking.
Again two cultures came together to celebrate love. It was one of those weddings that everyone cried, but when I say everyone, it is everyone including me. Because the looks can be tremendously sincere, so much so that sometimes they make us gasp when we witness them.
Although it is true that I really enjoy each of my weddings, this one was really special for me. Because until the day came, life was putting tests that were jumping with a smile daily.
So that June 29, when I knocked on the door of her room and we were able to melt into a hug, she automatically put a smile on me that to this day I still have every time I talk to them or see any of their photographs.
We all have hard moments throughout our lives, but even in the worst moments, when I stop, breathe and feel my work, I can only give THANKS to the universe for showing me so much, for showing me the thousand faces of love. And of course to them, for choosing me to tell their story.
Si me dijesen que describiese la boda de ellas en tres palabras, diría AMOR DEL BUENO.
No recordaba la última vez que sentía tantas emociones encerradas en una misma habitación. Tal vez fue porque decidieron vestirse juntas pero separadas por un biombo improvisado. Entre risas nerviosas y caricias furtivas separadas siempre por algo, mantenían en secreto como llegarían a dar el sí, ¡quiero!
Sin embargo a pesar de no tener contacto visual, no dejaron de arroparse ni un sólo instante la una a la otra. Se podía sentir la magia en cada metro cuadrado de esa habitación.
Fue divertido y emocionante estar en esos momentos en la habitación yo sinceramente no sé si hubiese podido aguantar sin mirar.
De nuevo dos culturas se juntaban para celebrar el amor. Fue una de esas bodas que todo el mundo lloraba, pero cuando digo todo el mundo, es todo el mundo incluida yo. Porque las miradas pueden ser tremendamente sinceras, tanto que a veces hagan que se nos corte la respiración cuando somos testigos de ellas.
Si bien es verdad que disfruto mucho con cada una de mis bodas, esta para mí fue realmente especial. Porque hasta que llegó el día, la vida fue poniendo pruebas que fueron saltando con una sonrisa diariamente.
Así que ese 29 de Junio, cuando llamé a la puerta de su habitación y pudimos fundirnos en un abrazo, automáticamente se me puso una sonrisa que a día de hoy sigo teniendo cada vez que hablo con ellas o veo alguna de sus fotografías.
Todos tenemos momentos duros a lo largo de nuestra vida, pero inclusive en los peores momentos, cuando paro, respiro y siento mi trabajo, no puedo dar más que GRACIAS al universo por mostrarme tanto, por enseñarme las mil caras del amor. Y por supuesto a ellas, por elegirme para contar su historia.
